viernes, 27 de agosto de 2021

Entrevista a la Dra. Fernández de Bas, Ginecóloga del Centro Clínico Betanzos

 


"El éxito en la vida no se mide por lo que logras sino por los obstáculos que superas”

“No es posible despertar la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”. C. Jung.

Luces y sombras habitan en nuestro interior, es cierto. Forman parte de lo que somos, de lo que no queremos ser y de lo que puede que seamos. Además, representan la lucha constante entre lo que reconocemos, lo que queremos evitar a toda costa, lo que sí admitimos y lo que ignoramos o no queremos ver en absoluto. Y es justamente ahí en este pequeño, pero costoso equilibrio, donde tratamos de pasar nuestros días sin que ninguna de las partes domine nuestra vida. O por lo menos es lo que intentamos. Es un trabajo difícil lidiar con nosotras mismas cada día, placentero tal vez pero serio, muy serio. Un trabajo que requiere mucha atención y paciencia. ¿Qué os parece si nos volvemos a poner frente a un espejo? Bien. Mirad con atención. Ahora, es verdad que para poder vivir con nosotras mismas tenemos que tomar conciencia de que una buena dosis de aceptación de la realidad es fundamental. ¡Sí señoras¡ Siento decíoslo pero estamos hechas todas de luces y de sombras y por eso mismo habrá partes que nos cueste aceptar. ¿Por qué? Os preguntaréis…Porque la aceptación de nuestras sombras puede implicar sufrimiento aun así merece la pena ya que cada proceso de cambio también implica evolución y aceptación de nuestro yo. Así que, queridas mías, no todo son luces, ni las luces siempre iluminan nuestra vida. Y los que os hacen creer que su vida solo es brillo puro, mienten. Las luces en ocasiones nos pueden cegar el camino y las sombras puede que nos den las respuestas. Un consejo: no escondáis nunca vuestra verdadera esencia, llena de bella luz y de oscuras sombras porque justamente eso os hace auténticas, especiales, únicas. Somos humanas: no neguéis vuestras sombras, aceptadlas con mucho cariño tal y como hacéis con las luces. Ahora bien, ¿Qué opináis del juego de luces y sombras proyectado al exterior? Es así, exactamente así lo que ocurre dentro de nosotras, ocurre fuera. El mundo es un columpio infinito de luces y sombras. Aprender a lidiar con esto, es la clave. Es un sitio este que nos ilumina con acontecimientos felices, justos, que nos premia con gente maravillosa a nuestro alrededor pero también nos ofrece muchas sombras, injusticias, sufrimiento…y lo único que podemos hacer es aprender de cada una de las cosas que el mundo nos ofrece, con agradecimiento infinito. ¿Verdad, Bárbara?

Prestadme atención, chicas, porque hoy os presento a Bárbara que durante su camino ha experimentado las infinitas luces y sombras del mundo. Nacida en Madrid pero ciudadana del mundo a lo largo de su vida habiendo cursados estudios en Irlanda, Canadá, Francia y España, desde la infancia supo claramente cuál era su vocación: ayudar al prójimo participando en distintos voluntariados, actividades comunitarias y dedicando su vida a la medicina.

Criada en el seno de un matriarcado y madre de tres maravillosos hijos, dos de ellos, niñas, Bárbara Fernández es también una excelente profesional: Especialista en Ginecología y Medicina de la Longevidad. Con ella hoy descubriremos el centro de nuestra feminidad…

  “El buen medico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”, comentaba en el siglo pasado el gran médico canadiense William Osler. Su sabiduría, a pesar del tiempo, sigue teniendo un sabor actual y contemporáneo. Más en concreto, se adapta perfectamente a tu filosofía de vida profesional y a la elección consciente de tu especialidad…Empatía, ginecología y mujeres: ¿Quién es la Bárbara médico?

La Bárbara médico es una apasionada de su trabajo, implicada con los pacientes y que está en constante búsqueda de nuevos tratamientos y soluciones que ayuden a resolver  sus problemas, con el objetivo final de mejorarles la calidad de vida y, en definitiva, hacerles más felices.

A la ginecología no llegué por casualidad. He vivido rodeada de mujeres y he escuchado sus problemas cotidianos. Qué mejor que ser ginecólogo para poder resolverlos. Pero mi visión de esta especialidad dista mucho de lo que me enseñaron mis profesores y adjuntos (a los que estoy profundamente agradecida). Mi formación en medicina antiaging, me ayuda a valorar a mis pacientes más allá del síntoma por el que consultan. En mi consulta, las valoro de forma integrativa y holística y mis tratamientos son globales y multidisciplinares. Yo no trato síntomas, trato el origen de su enfermedad. Y si puedo, me adelanto al desarrollo de estas. Mi ginecología es una ginecología antiaging y sin tabús.

Doblemos ahora esa hoja de ruta profesional para que encuentre la experiencia personal, la esencia. Me gustaría que pudieses trazar un hilo a través de tres conceptos: “matriarcado, responsabilidad y esfuerzo”…Te escucho.

Me crie en el seno de un matriarcado, rodeada de mujeres empoderadas que lo mismo llevaban una casa que una empresa. Mujeres fuertes, seguras de sí mismas, independientes, cariñosas, frágiles, sensibles, amantes de su vida y de su familia. También he tenido la suerte de tener un padre que ha sabido estar a la altura de estas mujeres. Trabajador incansable, que nos ha inculcado el sentido del esfuerzo, el amor por el negocio y el trabajo bien hecho, así como la responsabilidad en todas las facetas de nuestra vida. Este entorno ha forjado mi personalidad y sobre todo la idea en mi cabeza de que sólo nosotras tenemos las riendas de nuestras vidas. Yo he sufrido en mis propias carnes cómo mis embarazos me han ido relegando a puestos en los que no desarrollaba mi completo potencial y que mermaban mi autoestima hasta hacerme plantearme mi propia profesionalidad. Pero eso sólo me ha hecho más fuerte, y me ha hecho querer con más ganas montar mi propia consulta, divulgar mis propias ideas y dar un servicio a mis pacientes como yo quiero, y no como me diga un tercero.

Un ejercicio algo complejo, ahora. Según la definición del clúster de Porter, se pueden estudiar las posibles nuevas incorporaciones transversales a través de las concentraciones de empresas conectadas entre sí en un campo particular para la competencia. Bajo esta perspectiva, utilizando el mismo esqueleto conceptual, ¿Cómo has utilizado tu bagaje cultural matriarcal para crearte un hueco profesional frente a la alta competencia patriarcal? ¿Qué has tenido que ir incorporando para seguir adelante? 

Sinceramente, cuando comencé mi carrera en ningún momento sentí estar en desventaja por ser mujer, me formé en un servicio en el que la Jefa era una mujer, y la mayoría de mis adjuntos también. Cuando comencé a trabajar como adjunto, tuve como mentores un Jefe de Servicio y un Jefe de Departamento de Oncología, que me hicieron sentir como parte del equipo desde el primer día, y que, si hubiera sido por ellos, mis embarazos no hubieran sido problema alguno. De hecho, creo que supieron ver las grandes diferencias que hay entre hombre y mujeres. Ellos serios, parcos en palabras, yo empática, cariñosa con las pacientes oncológicas…Son esas diferencias las que consiguen la excelencia en cualquier equipo. En mi profesión, es tan importante el conocimiento como el trato que das a tus pacientes. Sin embargo, esto cambió con la entrada de un nuevo Jefe de Departamento. Aunque en un primer momento esta situación me hizo alzar la voz en contra de que mi puesto hubiera sido ocupado por un compañero varón, al ver la pasividad de Gerencia y compañeros, tuve claro que de esa situación sólo podía salir yo.

Soy una mujer, con una familia y unas responsabilidades. Pero también soy una profesional que ama su trabajo y que me he sacrificado mucho y sigo haciéndolo por llevar a cabo mi trabajo de la mejor manera posible.

Nuestras diferencias por ser mujeres nos hacen poderosas y valiosas en nuestras profesiones, creo firmemente que es un error que renunciemos a nuestra propia esencia.

Quedémonos un rato más en este maravilloso campo semántico femenino. De ahí sacamos dos conceptos más que me gustaría que analizásemos juntas. Empoderamiento femenino y sexualidad: ¿Cuál es el núcleo de ambos? ¿Qué aportas a la causa personal y profesionalmente como mujer?

Claramente, este es nuestro siglo. Las mujeres hemos tomado conciencia de nuestro propio yo. Y eso incluye claramente nuestra sexualidad. Ya no nos avergonzamos por hablar de sexo. Pero pocas veces esa confianza se observa en la consulta con nuestros ginecólogos.

En el campo de la ginecología siempre me ha molestado que las pacientes consultaran con miedos, dudas y problemas y que salieran de la consulta igual. Hasta hace poco se han normalizado patologías y no debía de haber sido así. La idea de que con la menopausia acaba nuestra vida sexual, que tras el parto no quedas igual…Creo en una ginecología sin tabús, de mujeres para mujeres. Un espacio de entendimiento, confianza y empatía. Porque lo que no saben muchas pacientes es que la mayor parte de los problemas que tienen, y no suelen consultar, tienen solución. Gracias a la ginecología regenerativa los ginecólogos tenemos más armas terapéuticas para tratar problemas tan comunes como la sequedad genital, las cicatrices, las incontinencias, las disfunciones sexuales, el dolor pélvico, infecciones de repetición, vulvodinia, etc…

Respondiendo a tu pregunta sobre el núcleo entre el empoderamiento y la sexualidad, creo, que la clave está en la vulva. La vulva es el centro de la feminidad y por ende de nuestra propia sexualidad. Históricamente, nos han hecho ver que la vulva es un órgano feo que no merece ni ser mirado, mucho menos, cuidado. Pero la vulva es el órgano femenino más importante, es el origen de nuestro placer, surge nueva vida a través de él… El codo, es una parte fea y rugosa de nuestra anatomía, y aun así la miramos y cuidamos si la notamos más áspera.¡¡¡Lo mismo pasa con la vulva!!!

Es curioso como los hombres han conseguido hacer de su miembro un atributo al que contemplar y venerar, y, sin embargo, nosotras ni siquiera nos la miramos.

Yo quiero romper con todos esos clichés y tabús.

Si te dijese: “Vocación, voluntariado y altruismo”, ¿Qué me dirías?

Te diría que son los motores de mi vida. Más allá de lo relacionado que pueda estar con mi vida profesional, son fundamentales en mi vida personal.

Sólo te doy tres nombres: “Cayetano, Camila y Gadea”… ¿Te suenan? ;)

¡Mis niños! Mis tres rubios que lo mismo me los como a besos como acaban con mi paciencia…Aunque hay veces, sobre todo en estos momentos de confinamiento, que envidio la soltería y la ausencia de “mochila”¡jajajaja!

Ellos, junto a mi marido son los pilares fundamentales en los que me apoyo. Gracias a ellos he tenido fuerzas para renovarme y ser la protagonista de mi propia vida.

Y ahora dejémonos llevar por la imaginación y el arte. Te pregunto por una de mis musas: Frida Kahlo. Si pudieses ser una obra de arte suya, ¿Cuál serías y por qué?  ¿Qué te gustaría transmitir con sus pinceladas?

Qué difícil me lo pones… “Árbol de la esperanza, permanece fuerte” de 1946, es claramente el cuadro que mejor me caracterizaría. Es una obra que pinta Frida tras una cirugía que no fue bien. En él se ve a una Frida dormida sobre una camilla, hecha un ovillo con cortes quirúrgicos en la columna. Delante de la camilla, una Frida seria con un banderín que dice “árbol de la esperanza, mantente firme” deja atrás a la Frida inerte de la camilla. En el fondo hay una mitad iluminada por el sol y otra oscura, como la vida misma.

La vida es la que es, con luces y sombras, momentos dulces y amargos, pero hay que seguir  y levantarse cada día, y si puede ser  con más fuerzas, mejor. Una carrera de obstáculos en la que lo importante es participar y poder llegar a la meta.

Para terminar, tres preguntas para todas las socias de Philippa Club: Después de un día intenso de trabajo, ¿Qué es lo que más te relaja y ayuda a gestionar la carga laboral?

Me encanta tumbarme en el sofá y ver una serie con mi marido, es “nuestro momento”. Él no par de hacer comentarios, y yo me parto de la risa con ellos…

¿Qué consejo darías a niñas y mujeres que aspiran a cambiar el mundo? 

Que confíen en ellas, que sigan sus instintos y que luchen por sus sueños.

¿Qué es lo que más te gusta de Philippa y que crees que te está aportando? 

Sin duda, el aspecto colaborativo del Club. Trabajar juntas nos hace más fuertes.

Entrevista realizada por:

Antonella Catucci

Marketing & Sales Specialist

Co-Director of Communications / Director of MKT&Women in Marketing Insider Review

Socia de Philippa Club

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