Cuando pregunto a mis pacientes si hacen ejercicios de suelo pélvico, la mayoría hace referencia a los ejercicios de kegel.
“¿Qué otra cosa podría hacer?”
Ya os he contado en posts previos (¿Ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico?) que, de entrada, los ejercicios de kegel no son la primera opción en los programas de reeducación de suelo pélvico que diseño en mi consulta. Incluso en un alto porcentaje, son ejercicios contraindicados.
Más allá de los kegel
Más allá de los kegel, existen múltiples ejercicios que contribuyen a mantener el tono adecuado del suelo pélvico. Así como a conseguir una posición adecuada de la pelvis. En la imagen superior vemos uno de los ejercicios que recomiendo a mis pacientes. Un ejemplo de fortalecimiento de la musculatura glútea, que como explicaré en próximas entradas, contribuye a la estabilización de la pelvis.
De nada sirve un suelo pélvico fuerte si la musculatura abdominal es poco competente (insuficiente). Tampoco serviría un suelo pélvico potente si la posición de la pelvis no es la adecuada. Nunca conseguiremos una salud pélvica completa si en nuestros programas de reeducación olvidamos el trabajo de estabilidad pélvica y de potenciación del core.
Como vemos, la rehabilitación de suelo pélvico va mucho más allá de los kegel.
Estabilización pélvica
El control postural sí constituye la base de cualquier programa de rehabilitación de suelo pélvico. Éste no sólo consiste en la corrección de las posturas estática y dinámica. Sino también en recuperar con trabajo activo el equilibrio de toda la musculatura implicada en el posicionamiento del cuerpo.
Para conseguir este equilibrio es necesario hacer una valoración completa de la postura de la paciente. Así como analizar sus recorridos articulares y valorar la fuerza de cada grupo muscular Una vez realizado este análisis, se pueden diseñar programas específicos de tratamiento. Consistentes, en líneas generales, en potenciar la musculatura debilitada y flexibilizar los músculos que están demasiado tensos.
Potenciación del core
Como os conté en un post previo, otro pilar fundamental de la salud pélvica lo constituye el core o musculatura profunda. Me atrevería a decir que un core adecuadamente tonificado es casi sinónimo de suelo pélvico tonificado. Y por tanto con más probabilidades de funcionar bien.
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