lunes, 6 de agosto de 2018

¿Cuál es la mejor faja postparto?


En las sesiones de preparación durante el embarazo (aquí te cuento algunas claves) y tras dar a luz, son muchas las (futuras) mamás que me pregunta cuál es la mejor faja postparto. Y mi respuesta, casi siempre, es que no deben usar ninguna.
Faja postparto
En la entrada de hoy os quiero aclarar por qué. Es una opción que parece que va por modas. Pero con esta explicación entenderéis que los motivos para desaconsejarla son claros.

La faja postparto atrofia la musculatura

Este es el argumento que la mayoría imagina: “si llevas una faja, los músculos no trabajan”.  Y, casi siempre, es verdad.
Tras el parto, los músculos que se han distendido de forma progresiva, y en algunos casos desmesurada, deben recuperar su longitud y tono habituales. Usar una faja puede dar la falsa sensación de recuperación del  tono muscular y evitar que activemos la musculatura durante nuestro día a día.
Es cierto que haciendo un trabajo de rehabilitación y aprendiendo a activar de forma adecuada los músculos clave, la importancia de este aspecto se reduciría. Pero en el siguiente apartado te doy un motivo por el que la faja podría ser perjudicial.

Altera el funcionamiento del suelo pélvico

Como os he contado en otras ocasiones, para que el suelo pélvico funcione de forma adecuada, debe existir una precisa coordinación tanto con la respiración como con la musculatura abdominal. De forma simplificada,  al realizar una inspiración el abdomen se debe abombar (hacia él se dirige el aumento de presión que se produce al inhalar aire). Mientras que al exhalar, se debe activar a la vez la musculatura abdominal profunda (se ”hunde” el abdomen) así como el suelo pélvico.
Una faja rodea toda la zona abdominal ejerciendo una presión constante sobre ella. Tanto en la inspiración como en la espiración. Por tanto, durante la inhalación, dificultaría la expansión del abdomen. Lo que haría que el aumento de presión que se produce al coger aire, se dirigiera hacia el suelo pélvico, como un “empuje”.  Lo que podría provocar con su uso mantenido, la aparición de prolapsos o episodios de incontinencia.

¿Y si tengo diástasis?

La diástasis abdominal consiste en la separación de los rectos, la musculatura más superficial del abdomen. Este problema se produce en algunos casos al final del embarazo, por el importante aumento de volumen de la tripa. Se podría pensar que al usar la faja, esta separación se reduce y los músculos estarán “más cerca”, para recuperarse.
Cuando la diástasis es leve o moderada, ésta desaparecerá en unas semanas con un programa adecuado de rehabilitación. Y usar faja no acelera esta recuperación. En los casos de diástasis severa, ni la faja postparto ni ningún otro tratamiento hará que desaparezca por sí sola.

De forma ocasional

Por supuesto, el uso ocasional de una faja postparto por motivos estéticos u otros no entraña ningún riesgo importante. Lo recomendable, en cualquier caso, es realizar una reeducación de la musculatura después de dar a luz (tras un parto vaginal lo ideal es en torno a la sexta semana). Y limitar el uso de la faja al mínimo tiempo posible. En esta situación, lo recomendable sería una faja elástica tubular, que se tolere bien y permita una buena movilidad.
Fotografía: shopamami.com

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